REINO METAZOOS
Este suborden incluye a todos los animales pluricelulares. El conjunto de células puede organizarse en tejidos más o menos complejos. La vida de todos los individuos se origina de una única célula, que por sucesivas divisiones va dando lugar a las restantes que formaran el organismo, diferenciandose entonces en los diversos tejidos y formando los órganos correspondientes.
Es difícil establecer el origen de los Metazoos. Se admite que los primeros organismos animales evolucionaron hasta formar los Protozoos, separándose estos en varias ramas, principalmente la de los Flagelados y los Poriferos. De la línea común surgieron formas con celulas agregadas que acabaron por constituir organismos pluricelulares. Sin embargo, no llegaban a formar tejidos por lo que quedaron al nivel de Mesozoos. El siguiente paso fue la organización de esas células en verdaderos tejidos, apareciendo los Celentéreos. Estos animales se denominan diblásticos porque su cuerpo está formado por dos únicas capas celulares, una externa (ectodermo) y otra interna (endodermo). Con la aparición de una tercera capa celular intermedia (mesodermo) aparecen el resto de los Metazoos, que reciben el nombre de triblásticos.
En el desarrollo embrionario de los triblásticos se forma primero un tubo digestivo simple con dos aberturas: una boca y un ano. Después, para dar el individuo adulto, en algunos se mantiene esta disposición, mientras que en otros la boca aparece en distinto lugar. De este modo se distinguen dos líneas principales de Metazoos: los Prostóstomos (donde la boca embrionaria, el blastóporo, se conserva todavía en el adulto) y Deuteróstomos (el blástoporo se cierra y la boca del adulto aparece en un lugar distinto).
Metazoos se le denominan dentro del reino animal aquellos organismos heterótrofos y eucariotas, integrados por varias células que se unen de manera coordinada y con interrelación química, con morfología específica y funciones determinadas, conformando tejidos que reúnen células con igual función, que luego van a formar órganos y éstos aparatos, permitiendo que se cumplimenten las funciones vitales, como la respiración, la nutrición, digestión, la circulación y las funciones de relación.
Los metazoos tienen su origen en una sola célula, el cigoto, que luego se va subdividiendo.
Las células que forman un metazoo no pueden capturar individualmente los alimentos del exterior, ni tampoco pueden, una por una, expulsar al exterior sus productos de desecho. Para estas funciones, y para muchas otras, el conjunto de células de un metazoo depende en cada caso de unas cuantas células que se especializan en realizar una función determinada.
Por ejemplo, hay células especializadas en segregar enzimas que realizan la digestión, hay células que transportan oxígeno, hay células que se contraen para producir el movimiento del animal, etc.
Otros metazoos aún más complejos, son los cordados, que se clasifican en cefalocordados, urocordados y vertebrados. Dentro de éstos encontramos al ser humano.
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